jueves, 1 de enero de 2009

Haikús de invierno


A L.C por su hábil cámara





Intrépido florecer:
la lluvia al filo
una tarde de invierno.

Y recomenzar cuando
somos despojos
de las promesas rotas

Sin cuatela alguna
alzar pétalos
de tímida voluntad.

Rehacer aquellos pactos
jurar compromisos
y raíces devueltas.

Contemplar cielos nuevos
besar la tierra
tener nuevas lágrimas.

Desde el abrazo solo
y la tristeza
invocar amores.

Cavar los nombres
sobre la carne,
nada para el olvido.

Romper esas promesas
de amargura,
sueños permitidos

e infancias rescatadas
del polvo triste,
las sonrisas de sepia,

los juegos, las flores
el canto terco
desde la garganta.

Florecer sin rencores
a la luz, noche
incluso, o ninguna paz.

Albos, recomenzados
de fuego heridos
o de frío helados.

Como la nada honestos,
blanca página
sinceridad sagrada

ser el comienzo
de una primera loa
un verso, la canción

soñada, el poema triste
o de tu risa
el principio de tu amor.

Sin miedo al fin florecer
blancos pétalos
erigidos al cielo

Como promesas, pactos
de recomienzo,
indulto y duda alguna.

Florecer en inverno
como los años
que nacen entre ruinas.