Lord Dunsany
Caronte se inclinó hacia delante y remó. Todas las cosas eran una con su cansancio.
Para él no era una cosa de años o de siglos, sino de ilimitados flujos de tiempo, y una antigua pesadez y un dolor en los brazos que se habían convertido en parte de un esquema creado por los dioses y en un pedazo de Eternidad.
Si los dioses le hubieran mandado siquiera un viento contrario esto habria dividido todo el tiempo en su memoria en dos fragmentos iguales.
Tan grises resultaban siempre las cosas donde él estaba que si alguna luminosidad se demoraba entre los muertos, en el rostro de alguna reina como Cleopatra, sus ojos no podían percibirla.
Era extraño que actualmente los muertos estuvieran llegando en tales cantidades. Llegaban de a miles cuando acostumbraban a llegar de a cincuenta. No era la obligación ni el deseo de Caronte considerar el porqué de estas cosas en su alma gris. Caronte se inclinaba hacia adelante y remaba.
Entonces nadie vino por un tiempo. No era usual que los dioses no mandaran a nadie desde la Tierra por aquel espacio de tiempo. Mas los Dioses saben.
Entonces un hombre llegó solo. Y una pequeña sombra se sentó estremeciéndose en una playa solitaria y el gran bote zarpó. Sólo un pasajero; los dioses saben. Y un Caronte grande y cansado remó y remó junto al pequeño, silencioso y tembloroso espíritu.
Y el sonido del río era como un poderoso suspiro lanzado por Aflicción, en el comienzo, entre sus hermanas, y que no pudo morir como los ecos del dolor humano que se apagan en las colinas terrestres, sino que era tan antiguo como el tiempo y el dolor en los brazos de Caronte.
Entonces, desde el gris y tranquilo río, el bote se materializó en la costa de Dis y la pequeña sombra, aún estremeciéndose, puso pie en tierra, y Caronte volteó el bote para dirigirse fatigosamente al mundo. Entonces la pequeña sombra habló, había sido un hombre.
"Soy el último", dijo.
Nunca nadie antes había hecho sonreír a Caronte, nunca nadie antes lo había hecho llorar.
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CARONTE
M.A.R
I
No en mi lengua el sabor
ni los escalofríos en la piel
de las telarañas tibias del recuerdo.
Se me permitió la agonía interminable
de sábanas miasmáticas y aire enrarecido
y un epílogo de luna llena, sudor frío
y la cruda soledad llenándose de sombras.
Y el marcharme arrojando el resto a los chacales.
No regurgito ante ti
el metálico, ácido sabor
de que me recuerdan.
No, barquero, no en mi lengua
que trascendí.
II
Entonces
—otros—
cien años de arañar inútilmente
playas grises e imperecederas.
Horadar sin sentido la vida.
Horadar sin sentido la muerte.
sin sentido.
¿Y tú?
III
Más amargos que el Aqueronte
y más densos
mis horizontes marchitos
poblados de ti a las costas del silencio,
al borde de mis sueños,
al final de todos los caminos,
y al crepitar de mis huellas polvorientas
que se encuentran y desencuentran.
Barquero infinito,
yo también bogo la oscura ciénega
de las esperanzas rotas.
Y fui engendro y despojo
de la Noche y alguna profundidad
innombrable e incierta.
No precisamos ninguno
la avalancha del misterio
ni oráculos que nos consuelen
el Destino.
Navegamos cruciales la miseria.
Y quizás ningún Cócytos
albergue estas lágrimas cálidas
susurradas en las arenas del Estigia.
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SEEMAN
Apocalyptica & Nina Hagen
Komm in mein Boot,
Ven a mi barca,
ein Sturm kommt auf und es wird Nacht.
una tormenta se alza y la cae la noche.
Wo willst du hin?
¿A dónde quieres ir?
So ganz allein treibst du davon.
Completamente solo vas a la deriva.
Wer hält deine Hand
¿Quién sostiene tu mano
wenn es dich nach unten zieht?
cuando tira de ti hacia abajo?
Wo willst du hin?
¿A dónde quieres ir?
So uferlos die kalte See.
Tan ilimitado es el frío mar.
Komm in mein Boot,
Ven a mi barca,
der Herbstwind hält die Segel straff.
El viento otoñal mantiene tensas las velas.
Jetzt stehst du da an der Laterne
Ahora estás de pie frente al faro
mit tränen im Gesicht,
con lágrimas en tu rostro,
das Tageslicht fällt auf die Seite
la luz del ocaso cae,
der Herbstwind fegt die Straße leer.
el otoño deja vacías las calles.
Jetzt stehst du da an der Laterne
Ahora estás de pie frente al faro
Hast tränen im Gesicht,
con lágrimas en tu rostro,
Das Abendlicht verjagt die schatten
el crepúsculo extiende las sombras,
Die zeit steht still und es wird herbst
el tiempo se detiene y el otoño llega.
Komm in mein Boot,
Ven a mi barca,
die Sehnsucht wird der Steuermann.
tu anhelo será mi capitán.
Komm in mein Boot,
Ven a mi barca,
der beste Seemann war doch ich.
yo fui el mejor marinero.
Jetzt stehst du da an der Laterne,
Ahora estás de pie frente al faro
hast tränen im Gesicht,
con lágrimas en tu rostro,
das Feuer nimmst du von der Kerze,
necesitas el fuego de una vela,
die zeit steht still und es wird herbst.
el tiempo se detiene y el otoño llega.
Sie sprachen nur von deiner Mutter:
Ella habla sobre tu madre:
so gnadenlos ist nur die Nacht.
tan despiadada es la Noche.
Am ende bleib ich doch alleine
Al final, permanezco solo,
die zeit steht still
el tiempo se detiene
und mir ist kalt
y tengo frío.
Kalt...
Frío...
Kalt...
Frío...