Haikús de invierno
A L.C por su hábil cámara
Intrépido florecer:
la lluvia al filo
una tarde de invierno.
Y recomenzar cuando
somos despojos
de las promesas rotas
Sin cuatela alguna
alzar pétalos
de tímida voluntad.
Rehacer aquellos pactos
jurar compromisos
y raíces devueltas.
Contemplar cielos nuevos
besar la tierra
tener nuevas lágrimas.
Desde el abrazo solo
y la tristeza
invocar amores.
Cavar los nombres
sobre la carne,
nada para el olvido.
Romper esas promesas
de amargura,
sueños permitidos
e infancias rescatadas
del polvo triste,
las sonrisas de sepia,
los juegos, las flores
el canto terco
desde la garganta.
Florecer sin rencores
a la luz, noche
incluso, o ninguna paz.
Albos, recomenzados
de fuego heridos
o de frío helados.
Como la nada honestos,
blanca página
sinceridad sagrada
ser el comienzo
de una primera loa
un verso, la canción
soñada, el poema triste
o de tu risa
el principio de tu amor.
Sin miedo al fin florecer
blancos pétalos
erigidos al cielo
Como promesas, pactos
de recomienzo,
indulto y duda alguna.
Florecer en inverno
como los años
que nacen entre ruinas.